Mi vida cambió definitivamente a partir de 2008 cuando comencé a indagar acerca de las técnicas holísticas y este conocimiento me llevó a mi propio descubrimiento personal. Allá por el año 2008 comenzó mi descubrimiento personal.
Cuando comienzo una formación, siempre les cuento a mis alumnos que el REIKI fue la puerta que me abrió el camino hacia un mundo de conocimiento sin límites. Fue un cambio trascendental en mi forma de pensar y en cómo entender la vida.
Estaba tan entusiasmada con el descubrimiento de estas nuevas técnicas que durante ese mismo año me formé en los tres primeros niveles de Reiki Usui Tradicional y Tibetano. En cada aprendizaje que pasaba por mi cuerpo y mi mente, lograba reconocerme más y tenía la certeza de que el camino que había emprendido era mágico y poderoso.
Al descubrir esta nueva perspectiva teórica, que nos permite hacer cambios y transformaciones vitales de gran trascendencia, me movilizó de tal manera que se convirtió en mi propósito de vida.
Con el paso del tiempo me fue interiorizando cada vez más, sentía una verdadera necesidad por aprender más. Por eso, en 2011 cuando finalicé la formación como Maestra en Reiki Usui Tradicional y Tibetano, disfruté de ese momento único, era un sueño anhelado. Ese deseo interno que venía latiéndome, de poder transmitir este conocimiento a otros y convertirme en formadora de esta apasionante técnica de sanación.
Y te preguntarás… ¿Y qué es el REIKI?
Te voy a contar como nació y cómo se desarrolló el REIKI hasta convertirse en una de las técnicas de sanación espiritual más utilizada en el mundo entero.
La técnica del REIKI tiene su origen en Japón y fue descubierto alrededor de 1970 por Mikao Usui, hoy un maestro ascendido que canalizó y recibió cada uno de símbolos que se encuentran en la formación y que nos ayudan a sanar los diferentes cuerpos: físico, emocional y espiritual.
Cuenta la historia, y en diferentes biografías, que Mikao Usui era una persona común y corriente pero que dedicaba gran parte de su tiempo a la espiritualidad. Es así que de niño estudió Kiko, una versión japonesa del Tai Chi. El Kiko se enfoca en el movimiento de energía –o Ki– y algunos practicantes podían sanar usando las manos. Durante toda su vida Mikao Usui buscó la sabiduría y es así que un día volvió al Monte Kurama para hacer un retiro, donde había practicado Kiko cuando apenas era un niño.
Después de ayunar y meditar durante 21 días experimentó una luz poderosa que entró por la parte superior de su cabeza, vio unos símbolos dentro de ella y se dio cuenta que esa luz era la energía de Reiki y fue capaz de canalizar esa energía.
De ese episodio vivido por el maestro japonés nace el término Reiki: «REI» que significa energía universal o energía de Dios, es la energía divina que está omnipresente en todo el universo y que hace posible el funcionamiento armónico del cosmos según la conciencia divina y «KI» que significa fuerza vital, es la fuerza o energía de naturaleza divina que posibilita la vida, anima a todo ser viviente y circula por él.
En China es el «CHI» o el «QUI». En India es el «PRANA», «MANA» en hawaiano y en occidente ha sido denominado como «LUZ DIVINA».
Estos conceptos unidos forman la palabra «REIKI» que quiere decir energía universal vital dirigida o guiada espiritualmente. Es un sistema de sanación, de auto sanación y reequilibrio bioenergético mediante la transmisión de la energía universal curativa a través de la imposición de manos.
El Reiki trabaja directamente con el campo energético del paciente, canalizando hacia sus cuerpos sutiles y su yo superior la energía amorosa y sanadora del creador, el cual, incidiendo sobre los bloqueos energéticos que perturban la libre circulación de la energía en su ser, restaura y armoniza sus sistemas, posibilitándole y mostrándole la forma sencilla, práctica y accesible para todos el camino de vuelta a la salud, la alegría, la integración y el amor.
La energía Reiki armoniza y reequilibra el flujo energético en nuestros cuerpos físicos y sutiles, actuando simultáneamente en el nivel físico, mental, emocional y espiritual del ser humano.
Es energía universal inteligente, guiada por un ser superior –cuya esencia es el amor– y no puede producir ningún daño, sino por el contrario, siempre en beneficio de la salud del paciente.
Posteriormente, Mikao Usui recorrió todo Japón para divulgar su técnica. Su objetivo y deseo más ferviente era que toda la población pudiera acceder al Reiki para sanar sus heridas físicas y espirituales.
El maestro Mikao Usui murió el 9 de marzo de 1926, pero durante buena parte de su vida enseñó Reiki a miles de personas en su país y escogió a 16 de sus mejores discípulos para que fueran los encargados de transmitir su maravillosa técnica al resto del mundo.
Gracias a ello, hoy en día, varios Maestros formados por Mikao Usui fueron consagrados como Maestros Ascendidos y estos, a su vez, han creado diferentes escuelas y continuando con una importante saga de alumnos que llevaron el Reiki a convertirse en una de las técnicas espirituales de Oriente más conocida.
Por esta razón, en la actualidad encontramos diferentes corrientes y tipos de Reiki pero, lo más importante, es que en todas sus versiones sigue manteniéndose intacta la esencia que nos legó el gran Maestro Mikao Usui.
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